martes, 4 de agosto de 2009

Comienzos

Frente a la imperceptible calidez de una luz mortecina, sobre su piel la hiriente invasión de una brasa volcánica.
El leve suspiro de la brisa otoñal que abre las puertas hacia el epicentro del tornado.
Ante la tos subrepticia, tráqueas ponzoñosas de rojo carmín.
Junto a la alameda, mohosas desdichas claman desenraizar.
Historias pasadas retornan con vivo fervor, se mezclan con el lodo de los tiempos formando muñecas de arcilla; mientras los atisbos de un futuro se vuelven corpóreos en los límites de la insania.
El roce absurdo de un encuentro inesperado sacude las tripas de la imaginación.
Tal vez fue en aquel instante donde sin querer - y sin deber - se presentó.
Tal vez ni siquiera fue eso.
Tal vez simplemente lo soñé.

3 comentarios:

ferandopequeno@gmail.com dijo...

asesina justifica los textos !!

Josephine dijo...

Está justificado paparulo. Sólo no tiene sangría por elección personal. Sumergite en nuevos formatos, dejá que el lingüista que vive en tí de vez en cuando se vaya de vacaciones. :P

Josephine dijo...

Gracias Peque. Cuando tenés razón, tenés razón.