martes, 2 de diciembre de 2008

Das Leben der Anderen ( o Sonata para un hombre bueno)


República Democrática Alemana. 1984. La Stasi (policía secreta del régimen comunista) se encarga de sumergirse violentamente y sin previo aviso en los secretos más recónditos de la vida del ciudadano medio y, principalmente, del artista libertario.
El dramaturgo Georg Dreyman y su novia, la actriz Christa-Maria Sieland son víctimas de la vigilancia oficialista sistemática, personalizada en la imagen del fiel servidor al gobierno, el capitán Gerd Wiesler.
Wiesler dedica su tiempo a atravesar las fisuras y dobleses de los días de los amantes, confrontando la cruel dulzura de sus actos amorosos, la encadenada libertad de sus conversaciones políticas, la contenida efusión de sus expresiones artísticas.
En un principio el agente cumple con su tarea eficientemente, trascribiendo al papel minuciosamente todo lo ocurrido en el hogar de Georg y Christa: los susurros, los estruendosos orgasmos, los pasos en el parquet. Pero a medida que sus emociones se ven involucradas y su fé en el despótico régimen se quebranta; sus objetivos son trastocados y el ser humano debajo del uniforme clama por salir a la superficie, alterando el rumbo lógico de los acontecimientos.

La vida de los otros (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006) es un cuadro a modo de preámbulo de los tiempos previos a la caída del Muro de Berlín. Asimismo es un retrato de una sociedad atemorizada, un gobierno decadente y un país dividido.
Pero fundamentalmente es una oda al rescate de las vivencias personales por sobre los hechos "históricos". Es un encuentro con la cotidianidad de un impulso indebido, la peligrosa búsqueda de enfrentamiento con el poder, la inevitable pertenencia de un cuerpo y une mente a las experiencias circundantes. La venta de una ilusión, el precio del espectáculo, el resurgir de una esperanza.

Luego de escuchar una sonata a través de los fríos auriculares del oficio, todo se diluye, para volver a ser construido a partir de un nuevo lenguaje. Un lenguaje que pudo haber estado allí, siempre, oculto bajo las instituciones de un aparato estatal y un plan acultural finamente elaborado.
Este film reafirma la creencia de una imposibilidad de aproximación organoléptica a los otros sin el sentimiento compulso de un minúsculo escalofrío por la espina, que indica el nivel de sensatez y sensibilidad que nos permite ser seres sociales.
Escudriñar por la mirilla puede ser un ejercicio espantoso, que nos enfrente a las mayores bajezas de nuestro tiempo. También puede sacudirnos espasmódicamente al hacernos enfrentar con nuestras propias carencias y lamentos. Aunque incluso, de vez en cuando, puede reconciliarnos con la especie, puede hacernos reir y llorar, puede aproximarnos al amor y a la proeza de defender nuestra personalísima ideología.

Nacida de las experiencias infantiles de un hombre aún pequeño, desarrollada bajo la convicción de la estrecha relación entre cine y música; la opera prima de Henckel von Donnersmarck imprime un elemento "clef" al celuloide: los ojos de alguien convencido en la magia de las historias mínimas.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Blockage - This fucking world of ours

Ella solía sentarse a escribir rodeada por las tinieblas de su cuarto. Solía hiperbolizar el lenguaje, sustancias anfóteras en noches sin sentido. Releía sus discursos como quien contempla una obra sin génesis, sin desarrollo y sin final. Sonreía, y sentía el orgullo en su seno. Imaginaba funestos recorridos, posibles mortajas, probables sucesos. Creía que las circunstancias no eran más que un invento maquiavélico de los gigantes, plurientes matemáticamente equivalentes.Soñaba con el Cafe de la Paix, la tumba de Wilde y aquella encantadora torre eléctrica. Anhelaba el silencio que sólo pueden brindar la más completa soledad y la más perfecta certitud. Caminos sin zanjas, personas sin rostros, pasados diluidos en el álcalis de la añoranza. Elucubraba bellas poesías es su mente, alegorías de un amorfo porvenir. Ella se encontraba allí, en aquel lugar donde las reglas son viles grafismos sin sentido, sin consenso, sin tenor. Donde los niños juegan a las escondidas y leen Chejov en las tardes de invierno. Arpas de polietileno, de las cuales surgen melodías azules como el cielo. Allí no precisaba preguntarse ontológicamente por su vida, sus promesas incumplidas, la improbabilidad de sus deseos, la efectividad de la sublimación. Allí era más esencia que ser. Más niña que mujer.
Mas un día, con desconcierto reconoció la frialdad del suelo en sus rodillas, la presión de la gravedad en sus hombros. La tensión la obligaba a mirarse a sí misma y a los demás con repugnancia. Ya no más cantatas de verano, ya no más lecturas de otoño. Ya no más escritos en la oscuridad.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Adiós a Hibbing

Luego de un primer intento fallido, aquí vamos de nuevo.
Porque descubrí que quiero preservarme de ciertas cosas, de cierta gente y de ciertos anacronismos semióticos que habitan en mi pequeña y retorcida mente.